La medicina no fue siempre tal cual la conoces. No nació de un día para otro ni es el invento de un genio iluminado. Detrás de cada tratamiento, cada vacuna o cada hallazgo hay personas de carne y hueso, años de experimentación, éxitos, fracasos, frustraciones y quizás un golpe de suerte. Y en su historia sobran anécdotas curiosas y divertidas. El tratamiento que te indicó tu médico es mucho menos cruento que el de desangrarte hasta el desmayo; el cirujano que va a operarte estudió mucho más que aquél que atendía la barbería del pueblo y te anestesiará con métodos mucho más suaves que el de asestarte un golpe en la mandíbula; el remedio que tomas para el dolor de cabeza es mucho más tolerable que el enema que te habría recetado el médico del faraón.